La diabetes mellitus fue identificada por primera vez hace dos mil años por un médico griego llamado Aretaeus de Capadocia, quien destacó los síntomas urinarios del padecimiento, pues los enfermos no dejaban de orinar (poliuria).
En 1869, Paul Langerhans describió este padecimiento como pequeñas islas en el páncreas, aunque no conoció los efectos de la enfermedad sobre los niveles de glucosa. Y en 1921 un grupo de científicos lograron obtener la insulina y aplicarla con éxito a un paciente con diabetes.
Por eso se conmemora el 14 de noviembre.
Es una enfermedad en la que los niveles de glucosa en sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que consume. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.
Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar complicaciones con daño significativo en diferentes órganos. Puede dañar los ojos, riñones y nervios. La diabetes también puede causar enfermedad cardiovascular, derrames cerebrales y la necesidad de amputar un miembro. Las mujeres embarazadas también pueden desarrollar diabetes, llamada diabetes gestacional.
Un análisis de sangre puede mostrar si tiene diabetes. Un tipo de prueba, la Hemoglobina Glicosilada (A1c), también puede comprobar cómo está manejando su diabetes.
En Colombia la prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 oscila entre el 4 y el 8%, en función del rango de edad de la población estudiada. En las zonas rurales es menor del 2%. Existe una epidemia de diabetes en el mundo entero.
En las poblaciones afectadas destaca la alta frecuencia de sobrepeso (más del 30%) y de síndrome metabólico (entre 20 y 35%). La intolerancia a la glucosa, definida como un estado de riesgo para desarrollar diabetes, es casi tan frecuente como la diabetes misma.
Considera estos consejos para la prevención de la diabetes de la American Diabetes Association (Asociación Americana de Diabetes):
tiene muchos beneficios, puede ayudarte a:
Baja de peso.
Baja el azúcar de la sangre.
Aumenta tu sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a mantener tu azúcar en la sangre dentro de un rango normal.
muestra que el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de resistencia pueden ayudar a controlar la diabetes. El mayor beneficio proviene de un programa de acondicionamiento físico que incluye ambos.
incluye en tu dieta frutas, vegetales, frijoles, cereales integrales y frutos secos. La fibra puede ayudarte con lo siguiente:
Reducir el riesgo de padecer diabetes al mejorar el control de la glucemia.
Reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.
Promover la pérdida de peso ayudándote a sentirte lleno.
reducen el riesgo de padecer diabetes y ayudan a mantener los niveles de azúcar en sangre. Trata de que al menos la mitad de los granos que consumas sean granos integrales.
Si tienes sobrepeso, la prevención de la diabetes podría depender de la pérdida de peso. Los participantes de un estudio grande quienes perdieron una cantidad modesta de peso (alrededor del 7 % del peso corporal inicial) y que hacían ejercicios regularmente redujeron el riesgo de contraer diabetes en casi un 60 %.
5. Evita las dietas de moda y elige opciones más saludables:
Al excluir o limitar estrictamente un grupo de alimentos en particular, podría estar renunciando a los nutrientes esenciales de dichos alimentos. En lugar de esto, incluye en tu plan de alimentación saludable alimentos variados y porciones de tamaño controlado.
¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?
Se basa en el hallazgo de niveles elevados de glicemia (“azúcar” en sangre). Se puede hacer por medición de Hemoglobina Glicosilada o glicemia en sangre en ayunas, al azar o después de ingerir una bebida especial con alto contenido de glucosa. Se recomienda consultar a su médico para la interpretación de estos exámenes.
¿Cuál es su tratamiento?
Existen diferentes opciones de tratamiento una vez se ha diagnosticado la diabetes.
La primera opción es el tratamiento basado en no usar drogas o fármacos, el cual consiste en adecuar los hábitos de estilo de vida, es decir comer con moderación y mantener actividad física regular, los cuales se han descrito en el aparte de prevención de la enfermedad, pero que son indispensables en el manejo diario de la misma.
Las posibilidades de tratamiento con fármacos son múltiples pues existe una variedad amplia de drogas de utilidad para diabetes tipo 2 y se espera que esta lista de posibilidades se amplíe en el tiempo pues cada día surgen nuevas opciones con estudios adecuados para su uso y beneficio en humanos.
En diabetes tipo 1 las opciones son más limitadas, pues al ser causada por la incapacidad del páncreas para producir insulina, el tratamiento ideal se basa en la suplencia de esta sustancia en el organismo. En los últimos años se ha avanzado en las técnicas de administración y en la elaboración de análogos de insulina que facilitan el cumplimiento de un mejor control y seguimiento por parte del paciente.
Recuerda: la diabetes se puede prevenir manteniendo un estilo de vida saludable, si ya padeces esta enfermedad la puedes controlar, es importante mantener tus citas médicas periódicas programadas y seguir siempre las indicaciones y recomendaciones de tu médico tratante.
Escrito por: Doctor Andrés Bermúdez Bohórquez. Endocrinológico Salud Cafam.