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Por: Robinson Cuadros Médico Geriatra Líder de la Ruta Sociosanitaria de Personas Mayores en CAFAM
Cuando hablamos de vejez siempre pensamos que los que están envejeciendo son los demás y no nosotros, básicamente porque asociamos esta etapa de la vida a enfermedad, discapacidad, desamparo y soledad entre otros imaginarios negativos que poco o nada tienen que ver con la realidad.
Ya no es extraño ver empresarios de 70 años, maratonistas de 80 o paracaidistas de 90 años, mujeres mayores que inician nuevas relaciones amorosas y que viajan por el mundo; es decir, que cada vez vivimos más años pero a la vez queremos mantenernos en buenas condiciones físicas, mentales, emocionales y espirituales; en este sentido la nutrición forma parte fundamental de este nuevo proyecto de vida.
Conforme avanza la edad, existen cambios a nivel osteo muscular, metabólico y cardiovascular que requieren de unas consideraciones y cuidados especiales, los cuales no siempre se relacionan con el consumo adecuado de ciertos nutrientes como el caso de las proteínas fundamentales para mantener una buena salud muscular e independencia en la vejez, sino también otros componentes importantes como la vitamina C, E y D, Tiamina, Hierro y folatos ente otros, por lo que es común encontrar deficiencias nutricionales y problemas de malnutrición en personas mayores.
El asilamiento social, el nivel socio económico, la soledad, alteraciones del ánimo como la depresión, los problemas de memoria, las alteraciones dentales, los gustos y la facilidad y acceso a obtener alimentos saludables fácilmente, son factores o determinantes que influyen en la calidad de la nutrición en las personas mayores; es por esto que cuando se habla de complementar nutricionalmente, no se habla de reemplazar una adecuada alimentación, o que el complemento nutricional va a cambiar una de las comidas, sino que precisamente complementa y apoya el aporte de nutrientes que requiere la persona una vez se identifique la necesidad.
Es importante romper mitos frente a la alimentación en este grupo de edad como pensar que las personas mayores necesitan comer en menos cantidades porque tienen mala digestión y que ya no son capaces de cambiar sus hábitos.
Una cuidadosa valoración nutricional permite establecer que factores y condiciones pueden influir negativamente en la salud, como la pobre movilidad, la polifamacia, las comorbilidades, el entorno social y enfermedades agudas, que asociados a los parámetros antropométicos ayudarán a tomar decisiones frente a la suplementación y escoger el mejor tipo de complemento nutricional que se requiera de acuerdo a las particularidades encontradas en la valoración clínica.
No existen “dietas estándar” para ciertas enfermedades, existen planes nutricionales individuales, ajustados a las particularidades de cada persona; es por esto importante recalcar la gran labor que realizan las nutricionistas y su papel fundamental en una sociedad que quiere envejecer de manera activa y saludable.